Cómo Superar La Muerte De Un Ser Querido
No todas las personas se lamentan de la misma manera o por la misma cantidad de tiempo, pero lidiar con el dolor es esencial para aceptar la pérdida de tu ser querido y seguir adelante con tu vida. Para ayudarte a lograrlo, te traemos algunos consejos para superar este proceso de duelo y mirar hacia el futuro en tu vida personal.
- Aceptar La Pérdida: La primera tarea, aceptar la realidad, se trata de superar la negación natural y darte cuenta de que la persona no está físicamente. Es necesario llorar la pérdida física de un ser querido y aceptar que no volverás a ver a esa persona en esta vida, pero la vida espiritual continúa. Dependiendo de tus creencias, también es válido pensar que no solo lo volverás a ver en la próxima vida, sino que también se encuentra en un lugar inmensamente mejor, sin más dolor, miedo ni pena.
- Vive El Dolor: Todos pasamos por situaciones dolorosas en esta vida. Lo único peor que el dolor de perder a un ser querido es el dolor de nunca amar o ser amado. En cierto modo, el dolor de perder a un ser querido es un regalo para nosotros porque es evidencia de la presencia de amor en nuestras vidas.
- Adaptarte: La tercera tarea, adaptarte a un entorno en el que falta el fallecido, requiere que la persona en duelo asuma algunos de los roles sociales desempeñados por el fallecido o encuentre a otros que lo harán. Por ejemplo, un cónyuge en duelo podría necesitar ayuda con las tareas domésticas o alguien que nunca aprendió a conducir ahora debe hacerlo o encontrar otras formas de transporte. La alternativa es la aislarse socialmente y encerrarse en casa. Una persona que teme regresar a una casa vacía puede encontrar consuelo en adoptar una mascota amigable.
- Retomar Y Redirigir La Energía Emocional: La tarea final es tomar la energía emocional que has gastado en la persona que murió y redirigirla hacia otras relaciones. Muchas personas se sienten desleales o infieles si se retiran emocionalmente de su ser querido fallecido. Sin embargo, el objetivo no es olvidar a la persona que ha muerto, sino finalmente llegar al punto donde puedes recordar a tu ser querido sin experimentar un dolor incapacitante.
- CORTESÍA DE: Desarrollo Personal – Juan Sebastián Celis Maya